domingo, 8 de febrero de 2009

La peor enfermedad es la ausencia de Dios, dice Benedicto XVI


La lluviosa mañana romana se tornó de pronto en una jornada de sol cuando el Papa Benedicto XVI se asomó a la Plaza de San Pedro para presidir la oración del Ángelus, durante el cual recordó que la peor enfermedad es la ausencia de Dios.Al comentar el Evangelio del Día -la curación de la suegra de Pedro-, el Pontífice recordó que el amor de Dios se manifiesta en las numerosas curaciones que Cristo realizó envida, y que se prolonga en la acción caritativa de la Iglesia en todo el mundo.“Jesús no deja dudas: Dios es el Dios de la vida que nos libra de todo mal. Los signos de esta potencia de amor son las curaciones que realiza: así demuestra que el Reino está cerca, restituyendo a los hombres y mujeres su plena integridad de espíritu y de cuerpo", dijo el Santo Padre."Es por ello -agregó- que su predicación y las curaciones que realiza van siempre unidas: forman un único mensaje de esperanza y de salvación”.

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