La tradción cristiana afirma que los restos del apostol Juan Evangelista fuern enterrados en una pequeña capilla cercana al templo de Artemisa. En el siglo IV el emperdor Justiniano hizo edificar un gran templo sobre la pequeña capilla que albergaba la tumba del apostol San Juan.
Un monton de ruinas certifica la existencia de una tumba en la que pudo haber sido enterrado el evangelista San Lucas, autor del tercer Evangelio.
El citado evangelista compartio parte de los viajes del apostol San Pablo. Por este motivo pudo haber vivido en la ciudad de Efeso.
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